El CBD es un compuesto natural que está presente en la flor resinosa del cannabis, una planta con una rica historia como medicamento que se remonta miles de años atrás. El CBD forma parte de los algo más de 100 cannabinoides exclusivos de la planta del cannabis. En la actualidad, los científicos y médicos de todo el mundo están probando y confirmando las propiedades terapéuticas del CBD. Una sustancia segura y no adictiva, el CBD es uno de los más de cien «fitocannabinoides», que son exclusivos del cannabis y le confieren a la planta su robusto perfil terapéutico. 

El CBD está estrechamente relacionado con otro fitocannabinoide medicinalmente activo importante: el tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto que causa la psicoactividad por el que es famoso el cannabis. Estos son los dos componentes del cannabis que han sido más estudiados por los científicos. 

El aceite de cannabis rico en CBD se usa como complemento o suplemento alimenticio, remedio tópico o tratamiento farmacológico para el alivio del dolor crónico, la inflamación en enfermedades inflamatorias intestinales o cutáneas, la ansiedad, la depresión o la gravedad y frecuencia de las convulsiones en epilepsias refractarias.  Se emplea asimismo para tratar síntomas de enfermedades neurológicas o neuropsiquiátricas como la esclerosis múltiple, el alzhéimer, el párkinson o la esquizofrenia

  • El Cannabis se ha utilizado desde la antigüedad y ha evolucionado durante millones de años
  • El Cannabidiol (CBD) es uno de al menos 100 compuestos llamados cannabinoides que se encuentran en la planta de cannabis
  • Los Cannabinoides están presentes naturalmente también en el cuerpo humano
  • El CBD NO te hace sentir “high”
  • El CBD NO es adictivo
  • El CBD NO es Marihuana
  • Investigaciones demuestran que el CBD tiene una cantidad masiva de beneficios positivos en la salud como apoyo a nuestros sistemas corporales.

¿Por qué CBD?

La Homeostasis, o balance, es lo que nuestros cuerpos naturalmente se esfuerzan por alcanzar. El Sistema Endocannabinoide (SEC) es nuestro sistema corporal que gestiona la homeostasis para asegurarse de que nuestros cuerpos funcionen adecuadamente.

El SEC influencia funciones tan diversas como el estrés, el dolor, el sueño, el apetito, la energía, y la reproducción. Cuando algo no está bien en nuestros cuerpos, los cannabinoides activan receptores en el SEC y se envía ayuda a la función o sistema desbalanceado y se trabaja para restaurar su balance óptimo.

Con el tiempo, nuestros cuerpos se vuelven más y más desbalanceados ya que producimos menos y menos endocannabinoides. El CBD ayuda a reabastecer el SEC de nuestro cuerpo al unirse a los receptores.

¿Qué Diferencia Hay Entre CBD y THC?

CBD significa Cannabidiol, y THC tetrahidrocannabidiol. Ambos son ingredientes claves de las plantas de marihuana. Los cannabinoides son una clase única de compuestos, y tanto el CBD como el THC pertenecen a esta clase. Las cepas con un THC alto, son muy comunes en lo que respecta a la marihuana, pero las cepas altas en CBD no son tan abundantes. A continuación, una lista de las principales diferencias entre el CBD y el THC.

Diferencias entre CBD y THC

CBD:

  • No psicoactivo: el consumidor no se coloca.
  • No se conocen efectos secundarios.
  • Contrarresta los efectos psicoactivos del THC.
  • Es legal en la mayoría de países.

THC:

  • Psicoactivo: el consumidor percibe un subidón.
  • Tiene efectos secundarios como paranoia y ansiedad.
  • Los efectos pueden provocar psicosis.
  • Es ilegal en muchos países.

¿Cómo funciona el CBD?

El sistema nervioso humano consta de un gran número de receptores. Los receptores son como antenas de telefonía móvil que transmiten señales. Pero si la antena interpreta una onda electromagnética como señal, los receptores usan moléculas específicas para transmitir sus mensajes.

Uno de esos sistemas receptores es el denominado sistema endocannabinoide. Los receptores cannabinoides están situados en el cerebro humano y en el sistema nervioso periférico (médula espinal y nervios). En el cerebro, los receptores se encuentran en regiones encargadas de la percepción, la concentración, la memoria y la motricidad. Por eso, el sistema endocannabinoide está involucrado en la regulación de muchos procesos fisiológicos como la sensación de dolor, el estado de ánimo y el apetito. Curiosamente, el sistema endocannabinoide también juega un papel importante en la respuesta del sistema neural ante el ejercicio físico. El «subidón del corredor» se debe a la acción de este sistema.

Los receptores cannabinoides son el CB1 y CB2, 5-HT1A, μ, y δ. Los receptores absorben moléculas similares a los cannabinoides producidas en nuestro sistema nervioso, las endorfinas. Una de las endorfinas que transmite señales por el sistema endocannabinoide es el 2-araquidonilglicerol (2-AG). Se adhiere a los receptores CB1 y CB2. El cannabidiol, o CBD, también se une a estos receptores y emula los efectos del 2-AG.

El CBD se adhiere a los mismos receptores que el THC psicoactivo, pero tiene el efecto opuesto. Mientras el THC actúa sobre tu sistema nervioso acelerándolo, el CBD lo ralentiza.

La biología y la química del CBD

Las plantas de Cannabis sativa salvajes producen una cantidad desorbitante de compuestos orgánicos, entre ellos THC y CBD. Al igual que otras plantas domesticadas que fueron seleccionadas para producir grandes concentraciones de determinadas moléculas, el Cannabis sativa se ha cruzado de manera selectiva con distintas finalidades. El resultado de esta cría es que la planta original se ha dividido en diferentes especies con cualidades distintas (recordemos que las coles de Bruselas y la coliflor se originaron a partir de la col silvestre). Las variedades de «cannabis» actuales se crearon con el objetivo de producir la máxima cantidad posible de THC en detrimento de otros compuestos beneficiosos. Por otra parte, las especies de «cáñamo» se centraron en las aplicaciones industriales y se cruzaron con la intención de producir concentraciones elevadas de CBD en detrimento del THC.

Los cannabinoides THC y CBD están íntimamente relacionados con compuestos vegetales como los terpenoides, entre ellos el mentol, alcanfor y curcuminoides, presentes en la cúrcuma y las semillas de mostaza. Los terpenoides son un gran grupo de moléculas orgánicas utilizadas comúnmente en la cocina tradicional por sus cualidades aromáticas. También juegan un papel fundamental en los remedios herbales tradicionales.

El THC y el CBD se producen en el mismo proceso de biosíntesis. En otras palabras, comparten la misma molécula precursora, el ácido cannabigerólico o CBGA. Cuando el precursor está disponible, una enzima, la THCS sintasa, produce un enlace éter adicional, convirtiendo el CBGA en THCA, que tras la descarboxilación se transforma en THC. En un proceso paralelo, la CBDA sintasa convierte el CBGA en el precursor del CBD, el CBDA.